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nuestra historia

UN POCO SOBRE NOSOTROS

 

ZALO comenzó su andadura en el mundo de la moda hace más de 25 años. En 1989, un intrépido encargado de un antiguo almacén de tejidos, dejaba su puesto de trabajo fijo para aventurarse en lo que hoy es una empresa con nueve establecimientos repartidos a lo largo de toda la geografía gallega.
 
ZALO es una empresa familiar en muchos sentidos. Padre, madre e hijos dirigen los distintos departamentos, muchos de nuestros empleados llevan desde adolescentes trabajando en la empresa, y sus clientes son fieles en su mayoría, por lo que son considerados también como “parte de la familia”.
 
ZALO abrió su primer establecimiento en Lugo, en un pequeño local situado en lo que hoy es Rúa do Teatro. Desde el principio, la acogida por parte del público ha sido inmejorable. Gracias a ello, ZALO comenzó a crecer e inició su expansión abriendo nuevos establecimientos por la geografía gallega , hasta llegar a lo que es hoy en día: una pequeña empresa del sector textil, que intenta ser un referente en el mundo de la moda, tanto a nivel local como autonómico.
 
Todos nuestros establecimientos siguen la misma filosofía que forma parte del éxito de ZALO: la atención personalizada. Nuestro lema siempre ha sido, y seguirá siendo “MODA PARA TODOS”, para hombres, mujeres y niños, para jóvenes y no tan jóvenes, para todas las tallas, pero sin olvidar nunca, para todos los bolsillos.
 
Hoy estamos orgullosos de seguir vistiendo a los gallegos, y gracias a nuestros clientes seguiremos haciéndolo durantes muchos años más, no sólo en los actuales establecimientos, sino que nuestra intención es ampliar la oferta en nuestra comunidad con la apertura de nuevos puntos de venta, con un objetivo muy bien definido: que TODOS los gallegos puedan disfrutar de la MODA más acutal al mejor PRECIO.

Las personas

EL FACTOR CLAVE

 

El factor clave, el sello diferencial de nuestra empresa. En ZALO valoramos el trato directo y exclusivo con el cliente, el asesoramiento especializado, el tú a tú, en definitiva: EL COMERCIO TRADICIONAL.

Por ello nuestros empleados son nuestro bien más preciado. Nuestros clientes confían en ellos y saben que una vez que traspasan la puerta de nuestros establecimientos, van a sentirse como en su propia casa, en familia.